jueves, 29 de julio de 2010

Reír

Revolver
las letras de tu nombre,
hacer con esas letras
otro nombre
muy diferente al tuyo.
Recoger
los pedazos descompuestos
del hachís ardiendo,
verte entre las espirales del humo.
Rezar
que el poder divino
no me consuma en tu espera
hasta que llegue el día de tu beso.
Repetir
tantas veces como nuestros cuerpos
soporten
que las ilusiones existen.
Recordar
el temblor de la piel,
los erizos epiteliales
la levedad de las noches.
Remover
la tierra de una sola vez,
hacer que te estremezcas,
que caigas sobre mí.
Resolver
el pequeño misterio
de tu respiración.
¡Aire, mi amor,
eres aire!

miércoles, 14 de julio de 2010

Salvajada sangrienta

Los mosquitos
huelen
la marihuana,
se escapan de la fiesta
y entran en mi habitación,
buscan restos nucleares
moratones
chupetones
besos
sexo,
pero en mí
ya no encuentran nada de eso,
se desilusionan
pasan a la edad adulta,
es entonces
cuando se vuelven
sucias y mezquinas
y te chupan la sangre
y te destrozan la piel
y, a veces, revientan
de tanta sangre robada.
Y aquí me quedo yo
fumándome la noche
después de beber y bailar
como poseida
por algún espíritu anciano
que ha encontrado
en este cuerpo de niña
una abducción muy sencilla.

Quemarme los labios.
Entrar por el espejo.
Dar un buen salto.
Apagar los ojos.
Curar la mente.
Todo blanco.
Ahora yo ya no existo.